Maceración en la industria enológica
es el proceso de mantener el jugo (mosto), las semillas y/o los hollejos de las
uvas en contacto, con el fin de extraer algunos componentes de la uva hacia el
mosto o el vino. Al mantener los
hollejos, las semillas, y en ocasiones uvas enteras, en contacto con el mosto,
ácidos orgánicos, polifenoles, antocianos, aromas, sales inorgánicas, iones,
etc. son liberados y se solubilizan en el vino . De igual manera, polifenoles, ácidos
orgánicos, y otras moléculas son liberados de las semillas y se solubilizan en
el mosto o vino.
Existen diferentes métodos para
macerar las uvas y cada uno tiene un impacto en el resultado final de la
vinificación. La maceración de las uvas
se puede llevar a cabo en las uvas blancas y tintas con resultados diferentes. La
concentración de extractos, sin embargo, aumenta a medida que aumenta el tiempo
de maceración por lo que en vinos blancos que se quiere que no sean muy
astringentes generalmente se producen con maceraciones muy cortas e incluso sin
maceración alguna.
En la producción de los vinos blancos, las uvas son despalilladas
(separación del raquis y las uvas) y son generalmente enviadas a la prensa para
extraer el jugo. El jugo (sin hollejos
ni semillas) es fermentado en tanques de acero inoxidable o en algún otro tipo
de fermentador. En ocasiones, cuando el
productor pretende hacer un vino blanco con mayor cuerpo, mayor tanicidad, más
complejo, la maceración se extiende desde horas hasta algunos días. Entre mayor sea el tiempo de maceración, mayor
será la extracción de ácidos orgánicos de las pieles de las uvas y mayor será
la extracción de polifenoles. Algunos
vinos Chardonnay, producidos al estilo Californiano, son añejados en barrica
por un periodo de 6 a 12 meses. Estos
vinos tienden a ser más corpulentos en cuanto a su contenido de alcohol,
taninos y aromas. Estos vinos usualmente
son producidos después de una maceración de las uvas blancas por periodos de
horas a días. Este periodo de maceración
permite una mayor extracción de polifenoles que permiten que el vino genere un
mejor balance después del periodo de crianza en barrica. Otros vinos blancos como los clásicos
Sauvignon blanc de Nueva Zelanda en general son producidos sin que las uvas
tengan un tiempo de maceración. El
periodo de maceración permite una difusión de los aromas frutales y florales de
las pieles hacia el vino así como una extracción de polifenoles deseables en
los caldos. Sin embargo, una extracción
muy larga también permitirá la extracción de aromas herbáceos, y un incremento
en los sabores amargos y astringentes.
Un balance final adecuado de aromas, sabores y astringencia se puede lograr mediante un
control del tiempo y de la temperatura de maceración.
Los vinos rosados, al igual que los vinos blancos, tienen un periodo de
maceración relativamente corto.
Dependiendo del varietal de uva utilizado, la maceración de las uvas
tintas para producir el vino rosado puede durar unos minutos, varias horas o
hasta un día. Algunas uvas tintas
(i.e. Syrah o Cabernet sauvignon) al ser
estrujadas y prensadas liberan suficientes antocianos como para producir un
vino ligera- o medianamente rosado.
Algunas otras uvas con menor concentración de antocianos en las pieles
(i.e. Grenache, Misión, Pinot noir) necesitan un tiempo de maceración más largo
para que haya una extracción de antocianos lo suficientemente alta como para
producir vinos rosados. Sin duda alguna
que además de los antocianos, el tiempo de maceración impacta, la concentración
de ácidos y la concentración de aromas en el vino producido. Sin embargo, es bien conocido que entre mayor
sea el tiempo de maceración, mayor será la intensidad antociánica (intensidad
de color) de un vino rosado. En pocas
palabras, los vinos rosados pálidos tuvieron un tiempo de maceración muy corto
mientras que los vinos rosados muy intensos tuvieron un tiempo de maceración
más largo. De alguna manera, el vino
rosado puede ser considerado un vino tinto que ha sido producido con un tiempo
de maceración corto.
Los vinos tintos son producidos después de pasar
por periodos de maceración más largos.
Obviamente que estos periodos de maceración largos impactan en mayor
medida la estructura final del vino.
Existen diferentes filosofías en cuanto al tipo y manejo de la
maceración de las uvas. En general, las
maceraciones se pueden dividir en 1) maceraciones pre-fermentativas (MPreF), 2)
Maceraciones-fermentativas y 3) maceraciones post-fermentativas (MpostF).
Maceraciones Pre-fermentativas
Las maceraciones pre-fermentativas (cold maceration o cold soak en inglés)
están basadas en una extracción acuosa
(sin alcohol) de los componentes de la uva (pulpa, pieles, semillas)
hacia el mosto. Estas maceraciones
pre-fermentativas se han hecho populares entre algunos productores que aseguran
que existe una mejor extracción de color, aromas y polifenoles. La realidad es que la mayoría de los estudios
científicos indican que este tipo de maceraciones no aumentan la extracción de
color y algunos estudios demuestran que puede tienen un efecto detrimental en
el gusto y los aromas. Sin embargo,
algunos otros productores aseguran (sin muchos
datos) que la estructura final de los vinos mejora después de un tiempo de maceración
pre-fermentativa.
En general, la maceración pre-fermentativa se lleva a cabo al estrujar y
despalillar la uva a una temperatura entre 4 y 10°C durante un periodo de tiempo que puede
fluctuar entre 1 y 7 días. Al igual que
el resto de los procesos enológicos, no existe una “receta” sobre la
temperatura y el tiempo de maceración.
La idea básica de mantener el mosto a bajas temperaturas es el de evitar
que se inicie el proceso de fermentación.
A temperaturas bajas, el metabolismo de las levaduras y otros
micro-organismos disminuye, lo que evita que los azúcares del mosto sean
catabolizados. La realidad es que el
metabolismo de las levaduras y algunas bacterias es reducido debido a la baja
temperatura, sin embargo, otras bacterias están adaptadas a bajas temperaturas
y pueden crecer sin ningún problema. Estas
bacterias (i.e. bacterias lácticas heterofermentativas) pueden aportar aromas
no deseables al vino además de que reducen la concentración de nitrógeno y
otros nutrientes que serían utilizados por las levaduras. Por otro lado, existe aun un gran debate
sobre cuales son los tipos de vino y los varietales que más se benefician al
usar esta técnica.
Efecto sobre el color. Uno de los
argumentos más comúnmente oídos en relación a la maceración pre-fermentativa es
el potencial aumento de color. Se ha
demostrado desde hace mucho tiempo que altos niveles de alcohol y altas temperaturas
incrementan la extracción de color durante las maceraciones. Por lo anterior, la maceración pre-fermentativa
(bajas temperaturas y sin alcohol) parece no coincidir con los procesos
demostrados en cuanto a la extracción de color.
En la siguiente tabla se presentan los resultados del análisis químico
de un vino Pinot Noir después de una MPreF a 4°C y 10°C por 6 días en relación a un control sin
MPreF (Goldsworthy 1993). Además, en
esta misma tabla se presentan los datos de una maceración carbónica. El pH del vino en los tratamientos no se vio
afectado, es decir, independientemente de la maceración el vino terminó con el
mismo pH. Lo mismo sucedió con el azúcar
residual (azucares que quedaron después de que terminó la fermentación) y el contenido
de alcohol en los diferentes tratamientos, no hubo diferencias
independientemente del tratamiento. Por
otro lado, la acidez titulable fue significativamente mayor en los vinos con
MPreF probablemente debido al mayor tiempo de maceración que hizo que se
extrajeran más ácidos de las pieles de las uvas. Sin embargo, la densidad de color fue menor
en los vinos con MPreF y mayor en los vinos que fueron fermentados sin llevar a
cabo una maceración pre-fermentativa.
A diferencia del color, la concentración de polifenoles en el vino fue
mayor en los vinos con MPreF que en aquellos sin maceración
pre-fermentativa. Lo anterior se debe
seguramente a que los polifenoles se liberan lentamente de las pieles y de las
semillas. Debido a que los vinos con
MPreF tuvieron 6 días de contacto mayor que los controles, estos tuvieron una
mayor extracción de polifenoles de las pieles y las semillas. Estos mayores niveles de polifenoles se
contraponen a otros estudios en donde los vinos con MPreF presentaron menores
niveles de polifenoles en relación a los vinos fermentados sin maceración
pre-fermentativa Álvarez et al. (2006).
En síntesis, existen diferentes tipos de maceraciones, sin embargo,
típicamente se hable de la maceración pre-fermentativa, la maceración
fermentativa y la maceración post-fermentativa.
La manceración pre-fermentativa potencialmente puede aumentar la concentración
de polifenoles en algunos vinos, sin embargo, la gran mayoría de los trabajos
de investigación coinciden en que no aumenta la densidad de color.
En posteriores entradas seguiré comentado sobre la maceración.
Álvarez, I.,
Aleixandre, J.L., García, M.J. and Lizama, V. 2006. Impact of
prefermentative maceration on the phenolic and volatile compounds in Monastrell
red wines. Analytica Chimica Acta, 563, 109–115.
Goldsworthy, SA. 1993. Pre-fermentation maceration of Pinot
noir wine. Tesis de Maestría. Lincon University. 131 pp.