En química, pH es una medida de la acidez
o alcalinidad de una solución. El pH
determina la concentración de iones hidrógeno.
El agua pura (en un ambiente libre de CO2 y otros gases) tiene un pH de
7, las soluciones que tienen un pH menor a 7 se dice que son ácidas mientras
que las soluciones que tienen un pH mayor a 7 se dice que son básicas o
alcalinas. Todas las soluciones con las
que tenemos contacto en nuestra vida diaria tienen un pH, y ese pH está
determinado por la concentración de iones hidrógeno libres. Por ejemplo, el pH del agua de mar es de aproximadamente
7.8, el del agua de lluvia es de 5.5-6.0, el pH de los refrescos es de 3.0-3.5,
el de la leche es de 6.5-6.8, el de los jugos gástricos es de 1.5-3.5, el pH
del vino es 3.0-4.0, etc.
El término pH se utiliza, desde el punto
de vista químico, para representar fácilmente concentraciones muy pequeñas de protones
(H+). El pH se define como el
logaritmo negativo en base 10 de la concentración de iones de hidrógeno libres. Esto significa que una solución con pH 8, por
ejemplo, representa 0.00000001 gramos de H+ libres por litro de
solución. Por otro lado, y muy
importante, debido a que el pH se representa en una escala logarítmica, una
solución con pH 3 es 10-veces más ácida que una solución con pH 4. Es decir, una solución de pH 3 tiene 10 veces
más protones (H+) libres que una solución con pH 4. El punto importante a recordar es que entre
mayor sea el pH menor es la acidez, y entre menor sea el pH de la solución mayor
será su acidez. De una manera práctica,
el pH de las soluciones se determina utilizando un potenciómetro (y no se llama
“peachímetro”) o con papel tornasol (papel impregnado con químicos que cambian
de color con el pH de la solución, ver imagen abajo). Sin
embargo, en el vino es necesario utilizar un potenciómetro debido a que el
rango de pH en los mostos y vinos es muy estrecho (3.0 a 4.0) y el papel tornasol no es
lo suficientemente sensible para detectar esto cambios. La siguiente tabla describe la concentración de iones hidrógeno a cada uno de los pHs.


En los mostos y en los vinos, el pH varía
dependiendo de la maduración de las uvas, de la concentración de ácidos
orgánicos al momento de la cosecha, en el varietal de uva, en las prácticas
enológicas, en la presencia y metabolismo de micro-organismos (i.e. bacterias
malolácticas, bacterias lácticas), en la temperatura de fermentación y guarda,
etc., etc., etc. Por otro lado, existen prácticas
enológicas que pueden modificar sustancialmente el pH del vino. Durante la fermentación maloláctica, por
ejemplo, el pH del vino se puede incrementar en 0.1-0.3 unidades de pH. Esto se debe a que las bacterias malolácticas transforman el ácido málico (qu aporta 2 protones) a ácido láctico (que aporta solo 1 proton). Por otro lado, la estabilización de sales
tartáricas en los vinos puede incrementar o reducir el pH en 0.1-0.3 unidades
de pH dependiendo del pH inicial.
La cantidad de potasio en los mostos y vinos también juega un papel importante en el pH final de la solución. Entre mayor sea la concentración de potasio en el mosto o vino, mayor será la posibilidad de la formación de sales de bitartrato de potasio. El bitartrato de potasio son sales que se pueden observar en el fondo de las botellas al enfriar algunos vinos blancos. Estas sales están formadas de ácido tartárico y potasio. Al precipitarse el bitartrato de potasio se reduce la concentración de ácido tartárico del vino, y por lo tanto el pH del vino se incrementa. Durante la maceración, fermentación y prensado de los hollejos, el potasio es liberado de las pieles de las uvas y en consecuencia se favorece la precipitación de bitartrato de potasio. Cada una de estas prácticas enológicas conllevan a el incremento del pH del vino en aproximadamente 0.1-0.2 unidades.

Sin duda alguna que los ácidos orgánicos juegan un papel
fundamental en el pH de los mostos (jugos) y vinos. Entre mayor sea la concentración de los
ácidos orgánicos, menor será el pH del mosto o vino. Los principales ácidos orgánicos en el mosto
son el ácido tartárico, el ácido málico y el ácido cítrico. En el vino, los ácidos más importantes (en cuanto a su concentración) son el ácido
tartárico y el ácido láctico. En segundo
término están el ácido málico, láctico (en el vino), cítrico y acético (en le vino). Sin embargo, debido a su mayor concentración
y debido a que puede aportar dos protones (H+), el ácido tartárico es el ácido
que más impacta el pH del mosto y el vino (¡pero esto es harina de otro costal!).
Dr. Cabello, felicidades por su blog, en esta ocasión tengo una duda, si los ácidos de la uva se consumen para mantener procesos metabólicos, que pasa con los ácidos volátiles del vino, lo que entiendo es que los ácidos de la uva con la evolución desaparecen y los ácidos volátiles van aumentando hasta transformar el vino en vinagre, esto quiere decir que al final de la evolución de un vino el PH seria aproximadamente de 2 debido a la acidez volátil del mismo? si lo que digo es correcto, se podría detectar al probar un vino la diferencia entre ácides de la uva y ácidez volátil? o de plano estoy completamente equivocado? Gracias por su respuesta
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