domingo, 26 de mayo de 2013

Aromas Derivados de la Madera de Roble


Algunos aromas y sabores son aportados al vino como producto de la degradación o modificación de celulosa, lignina y hemicelulosa de la madera de las barricas.  No obstante que la celulosa, la ligninga y la hemicelulosa no se disuelven en líquidos (i.e. vino) el calentamiento o tostado que sufren estas moléculas durante la fabricación de las barricas hacen que se modifique su estructura y que generen moléculas aromáticas.  Tanto los compuestos aromáticos y los polifenoles van a modificar la estructura final del vino desde el punto de vista organoléptico. 


stockage des merrains
Durante la fabricación de las barricas, la madera de roble es acomodada para formar grandes pilas de madera.  Esta madera es expuesta a la lluvia, sol y aire durante dos o tres años.  Durante este periodo de maduración, algunos compuestos de la madera sufren cambios que general moléculas aromáticas que posteriormente después son aportadas al vino.  Por otro lado, durante la fabricación de las barricas, la madera de roble es mojada, calentada y tostada.  Este proceso de calentamiento también modifica la estructura de diferentes moléculas que posteriormente aportan aromas muy específicos al vino.  El aporte de estas moléculas se lleva a cabo por las duelas de la madera procesada, pero también por viruta o pedazos (chips) de madera añadidos al vino.    


Compuestos aromáticos como las lactonas, euglenol y vanillina, entre otros, van a contribuir en los aromas del vino.  Las lactonas y otros compuestos son el resultado de la degradación (hidrólisis, esterización, etc.) de la lignina.  Chatonnet et al (1990) demostraron que a bajas concentraciones, las lactonas del roble proven aromas de madera que mejoran la calidad del vino. A altas concentraciones las lactonas van a ser percibidas como aromas de resinas (madera recién cortada) y coco que en algunos casos no son tan apreciados en el vino.  La concentración de lactonas generalmente aumenta a medida que la madera de envejece en contacto al medio ambiente y durante el tostado de la barrica.  En general, las lactonas se encuentran en toda la madera utilizada para fabricar barricas, sin embargo, las cis-lactonas (en química orgánica cis- se refiere a la orientación de los grupos funcionales de una molécula), son mucho más concentradas en el roble americano.  La forma cis-lactona es cuatro a cindo veces más intensa en olor que la forma trans-lactona (la forma trans- es la conformación inversa de la molécula cis-).  Por lo anterior, los aromas de madera fresca y coco en los vinos con crianza en barricas de roble americano tienden a ser más intensos que los que se obtienen de una barrica de roble francés.  Por otro lado, la concentración de las lactonas aumentan a medida que la madera madura en la fábrica y durante el proceso de tostado.  La figura muestra que la concentración de cis-lactonas es mucho más alta que las trans-lactonas en la madera de roble.  La figura muestra también que las barricas nuevas tienen un mayor aporte de lactonas que las barricas usadas.  


La vanillina también es derivado de la degradación de la lignina y obviamente juega un papel importante en el aporte de aromas y sabores de vainilla en el vino.  La concentración de vanillina aumenta sustancialmente a media que aumenta el tostado de la barrica.  Por otro lado, el euglenol aporta un aroma que recuerda al clavo (especia) y a diferencia de otras lactonas, la concentración de euglenol tiende a disminuir a medida que la madera es “curada” (intemperizada) en la fabrica productora de barricas.  Al igual que la vanillina, el euglenol también es derivado de la degradación de la lignina.  La figura muestra el efecto del grado de tostado sobre el aporte de vanillina sobre el vino.  se puede ver claramente que las barricas con un tostado alto (HT, High toast) a lo 100 días tienen un aporte de vanillina mucho más alto que las barricas con un tostado más ligero.  



Guaiacol y 4-metilguayacol son otras moléculas derivadas de la lignina que aportan aromas de ahumado al vino.  Estas dos moléculas aumentan su concentración a partir de la degradación de la lignina a medida que la madera es tostada durante la fabricación de la barrica.  Otras moléculas como etil-guayacol pueden también ser generadas como descomposición de la barrica durante su tostado e imparte un aroma ahumado o medicinal dependiendo de la concentración.  Etil-guayacol también es producida a través de procesos microbiológicos por la levadura Brattanomyces que en altas concentraciones aporta aromas de sudor o caballo sudado. 


Durante el proceso de curado y tostado de las barricas, la hemicelulosa también es degradada y produce moléculas como el furfural, hidroximetilfurfural, maltol y cicloten.  Con excepción del furfural, los otros compuestos tienen un aroma que se asocia al azúcar quemado o caramelizado.  La etoxilactona es otra molécula que se deriva de la degradación de la hemicelulosa que también aporta aromas que asociamos a frutas dulces o mermeladas dulces de frutas (Sefton et al., 1990).


Se puede concluir que la pared celular de la madera en su forma “cruda” (sin ser expuesta a la lluvia, sol y aire por varios años; y sin ser calentada o tostada) no aporta aromas al vino.  Sin embargo, durante el proceso de producción de la barrica, algunas moléculas son modificadas por acción del calor y aportan nuevos aromas al vino.  

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