lunes, 18 de marzo de 2013

Efecto del Virus del Enrollamiento de la Hoja de la Vid Sobre la Calidad de la Uva (2)




       El enrollamiento de la hoja es una de las enfermedades virales más importantes en los viñedos del mundo.  Ocurre en todas las regiones donde se cultiva uva de mesa y uva para la producción de vino.  Se han identificado 10 virus de la familia Closteroviridae que causan esta enfermedad.  Esta enfermedad fue descrita desde los 1800’s en Europa pero no fue demostrada su trasmisión a través de los injertos hasta 1937.  Por otro lado, la capacidad de dispersión de este virus a otras vides a través de insectos vectores (transmisores) fue demostrado en 1983.  A partir de esta fecha, la rápida dispersión de algunos de estos virus en los viñedos ha sido monitoreada y demostrada en todo el mundo.  Desafortunadamente no existe una cura para las vides infectadas por lo que tienen que ser quitadas del viñedo para que no infecten el resto de las vides. 


Las vides infectadas con el virus del enrollamiento de la hoja de la vid (VEHV) son menos vigorosas (producen menos follaje) que las plantas sanas.  Las hojas de las vides infectadas se tornan rojo-moradas con nervaduras verdes que perduran todo el verano y otoño.  Los síntomas tienden a ser más conspicuos en los varietales de uva tinta en donde además de la coloración roja, las hojas presentan un enrollamiento de la parte externa.  Por razones que aun no se entienden, las vides no-viníferas pueden estar infectadas por el virus pero no muestran los síntomas presentados en las vides viníferas (vides europeas). 

El virus del enrollamiento de la hoja causa una pérdida del rendimiento (cantidad de uva producida) hasta en un 50% en relación a vides no infectadas.  Por otro lado, esta enfermedad disminuye la tasa de acumulación de azúcares en los racimos e incrementa la concentración ácidos totales, lo que conduce a un retraso en la maduración de la uva.  Lo anterior se debe a que la concentración de clorofila es reducida por esta enfermedad y esto conlleva a una reducción de las tasas fotosintéticas (proceso por el cual se sintetiza el azúcar por las plantas).  Por si fuera poco, las bayas de una variedad tinta infectada con el virus tienden a reducir la concentración de antocianos (pigmentos que dan color a la uva) por lo que los racimos se perciben con una mayor palidez. 

La siguiente tabla muestra los resultados de un estudio realizado en un viñedo en España infectado con el virus del enrollamiento de la hoja de la vid (Cabaleiro et al 1999).  La tabla 3 muestra las características químicas del mosto de uvas vides sanas  y vides infectadas por el virus.  Se puede apreciar claramente que de 1992 a 1994, las vides infectadas con el virus produjeron mostos con menores cantidades de azúcar (1-2 Brix menos),  mayores cantidades de ácidos orgánicos y pHs más bajos.  Es decir, muestran síntomas de menor madurez.   


Por otro lado, la infección viral hace que las vides sean más susceptibles a factores climáticos extremos como bajas temperaturas en invierno y estrés hídrico en el verano.  Las vides infectadas también se vuelven más vulnerables a infecciones causadas por insectos y hongos.  Lo anterior genera una mayor mortalidad en relación a vides sanas y por ende aumenta los costos de mantenimiento del viñedo. 


La manera más eficiente de la transmisión del virus causante del enrollamiento de la hoja de la vid es mediante la propagación vegetativa y mediante los injertos.  Además, insectos vectores pueden dispersar el virus a grandes distancias.  Por lo anterior, es importante evitar el movimiento de material vegetativo entre viñedos y entre regiones productoras de uva.  Por otro lado, es importante adquirir material vegetativo en invernaderos que garanticen (por escrito) la sanidad del material adquirido.  En la mayoría de los países productores de uva existen agencias gubernamentales encargadas de asegurar la sanidad del material vegetativo en invernaderos encargados de la propagación de la uva.



Uno de los problemas que hacen difícil la identificación de las vides infectadas con el virus es que los síntomas varían entre varietales, la edad de la vid, la cepa de virus que infecta la vid, la época del año, etc.  Además, debido a que los síntomas aparecen tarde en la temporada (hasta el envero), no es posible diagnosticar la enfermedad durante la época de crecimiento o durante el periodo de dormancia de la vid. 


El diagnosis visual de la enfermedad también se complica debido a que los síntomas se pueden confundir con problemas nutricionales (i.e. deficiencia de zinc) en el viñedo, daño físico de las hojas, daño por herbicida, etc.  Todos estos problemas también pueden generar una decoloración de las hojas de la vid que pueden ser confundidos con la enfermedad del virus del enrollamiento de la hoja de la vid.


Existen tres métodos que son utilizados regularmente para el diagnosis de la enfermedad del VEHV, 1) el índice biológico, 2) análisis inmunológico y 3) análisis moleculares. 
El método de detección utilizando el índice biológico consiste en hacer una extracción (trituración) del material potencialmente infectado en una solución salina.  Esta solución se utiliza para inocular (infectar) una planta indicadora (una lechuga u otra hierba) crecida en un invernadero.  La inoculación se realiza raspando un poco las hojas de la planta indicadora y aplicando unas gotas de la solución que contiene el material de la vid sobre la herida.  Si la solución de vid está contaminada con el virus, la planta indicadora presentará la infección del virus en dos o tres semanas.  Este método de detección tiene la ventaja que es muy sensible a todos los virus del enrollamiento de la hoja que infectan las vides, sin embargo, tiene la desventaja que se requiere de mucho tiempo para conocer los resultados y además no se puede saber específicamente que virus es el que causa la enfermedad (se han reportado 10 virus diferentes).  Por otro lado, este método de detección requiere de condiciones ambientales en el invernadero muy estrictas por lo que se tiene que realizar en instalaciones muy reguladas en cuanto a la temperatura y humedad. 

La detección mediante análisis inmonológico y molecular tienen la ventaja de que son muy rápidos por lo que se pueden tener los resultados en dos o tres días.  Sin embargo, estos métodos son más caros y requieren ser realizados por laboratorios especializados.  Por otro lado, estos métodos tienen la ventaja adicional de que se puede conocer el virus específico que está causando la infección en el viñedo y potencialmente se puede conocer el origen de la infección. 

En todos los casos, el mejor momento para muestrear las vides que potencialmente están infectadas es el periodo entre el envero y el periodo de cosecha.  En este momento las vides que tengan síntomas visuales deben ser marcadas y monitoreadas en estos meses.  Finalmente, se pueden colectar muestras de hojas de las vides que hayan tenido los síntomas más severos, y se deben colocar en bolas de plástico con un poco de papel secante y enviar al laboratorio para su análisis. 


Cabaleiro, C., A. Segura, and J. J. García-Berrios. 1999. Effects of Grapevine Leafroll-Associated Virus 3 on the Physiology and Must of Vitis vinifera L. cv. Albariño Following Contamination in the Field. Am. J. Enol. Vitic. 50:40-44

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